¿Por qué da miedo volar en parapente? ¿Podemos gestionar ese miedo?
Mucha gente observa este deporte con miedo, incluso parapentistas experimentados han deseado estar con los pies en la tierra cuando las condiciones de vuelo no son todo lo óptimas que esperaban para su nivel.
Eso de ir colgado por unos hilos a un trozo de tela flexible no infunde mucha confianza, pero; siendo conocedores del alto grado de seguridad pasiva que existe hoy en día en los equipos, la información meteorológica y de las zonas de vuelo, las enseñanzas recibidas en escuelas reconocidas por las Federaciones Aeronáuticas, ¿está justificado ese miedo?.
El miedo es una reacción natural, la experimentamos en situaciones que nos amenazan para proteger nuestra integridad. El miedo más primitivo es el que está relacionado con el instinto de supervivencia, por eso, el miedo nos ayuda a sobrevivir, pero a veces es nuestro enemigo.
El miedo se desata automáticamente en una determinada zona del cerebro, la amígdala; la función de esta es alertar de un peligro o de una amenaza. Los efectos que puede causar en nosotros, son de sobra conocidos, experimentamos como se dilatan nuestras pupilas, se tensan los músculos, aumenta el ritmo cardiaco y el flujo sanguíneo; y nuestras reacciones van desde condicionar nuestra voluntad, modificar nuestra conducta hasta quedarnos bloqueados.
A lo largo de la vida vamos catalogando que situaciones son peligrosas y cuales son seguras, así asociamos las primeras con el miedo y las segundas con el bienestar, la famosa zona de confort. También hay miedos ancestrales e irracionales que ahora no vienen al caso.
Existen varias fórmulas para gestionar el miedo. Una de ellas es el entrenamiento; estar expuesto progresivamente en los límites de la zona de confort, para que esas nuevas sensaciones te resulten familiares. “He llegado hasta aquí, y he controlado la situación”, “me he sentido cómodo”, “sigo adelante”.
Es fundamental también tener una actitud positiva y autoconfianza, a la vez que tomar conciencia y averiguar cuáles son aquellas situaciones que nos generan cierta tensión y ansiedad. Se trata de percatarse de cuáles son tus reacciones y tomar conciencia de los síntomas y cambiar de actitud. Es importante preguntarse, ¿En qué circunstancias me angustio? ¿En cuáles de ellas pienso negativamente?.
Hay pilotos que le funciona la meditación, así como el control de la respiración para tratar de buscar el equilibrio de las emociones.
La visualización es otra técnica; imaginarse todas y cada una de las acciones que vas a realizar, lo que te vas a encontrar y como las vas a afrontar.
Nuestros instructores de la escuela CPFerrol nos dan su punto de vista.
«Muchísimos pilotos desarrollan algún tipo de miedo en algún momento de su etapa voladora. Es normal, ya que estamos haciendo deporte en un medio que no es el nuestro, y la altura supone un factor evidente de riesgo. La clave es reconocerlo y abordarlo de manera consciente.
El entrenamiento en tierra automatiza respuestas rápidas y eficaces a las incidencias en el aire. Haz campa en diversas condiciones, y tu cerebro procesará las situaciones en vuelo con menos estrés. Reaccionarás mejor y más rápido.
Utiliza información positiva. Abusar de videos de accidentes de parapente solo sirve para sembrar una semilla de miedo inconsciente en tu cerebro. Es importante aprender de los errores, pero los videos de accidentes no suelen aportar información para aprender ya que no sabes exactamente las condiciones meteo, el nivel del piloto, el estado del equipo, etc.
No fuerces situaciones. Trata de volar en condiciones que comprendas bien y, dentro de lo posible, vete incrementando la dificultad de tus vuelos de forma progresiva. Instructores y pilotos veteranos te pueden ayudar, pero también pueden frenar tu progresión o inculcarte sus propios miedos. Elige bien a las personas de tu confianza a la hora de dejarte aconsejar.»
Al final, todos estos consejos van encaminados a intentar relajarse en vuelo; relajar la tensión muscular alivia también la tensión emocional y si estas relajado tomarás mejores decisiones y con el tiempo te percatarás de cuanta energía malgastada soportando esa ansiedad.
Siglos de evolución han sido insuficientes para dotarnos de alas y que nuestro medio no sea el aéreo, pero se puede aprender a controlar ese miedo ya que los seres humanos somos capaces de racionalizarlo de manera muy eficiente con aprendizaje y práctica.
Fuentes:
El Miedo. El ojo de la aguja. RNE1.
Parapente Ala delta entrenamiento. Edit. Perfils. VVAA.
Elaboración própia.