CONSIDERACIONES PARA ESCOGER VELA
por Marcos Galán (Director Técnico de la Escuela Deportiva Club Parapente Ferrol)
Los parapentes que salen al mercado pasan por unas pruebas de homologación standar, que determinan cómo se comportan en distintas situaciones.
Los responsables de la homologación son empresas independientes (como “Air Turquoise”) que ejecutan las pruebas y publican los resultados.
Las pruebas abarcan desde aspectos básicos como el comportamiento en el inflado, giros o aterrizaje, hasta incidencias severas como plegadas de todo tipo, sin y con acelerador. Se realiza cada maniobra por lo menos dos veces, filmando desde diferentes ángulos para estudiar sus respuestas.
Según sea la respuesta del parapente, sin que el piloto de pruebas intervenga, se le asigna a cada maniobra una A , B, C o D. Una A, implica que la vela resolvió el problema rápido, sin provocar otros problemas. Una D, todo lo contrario.
La homologación del modelo será la mayor de las letras obtenidas en alguna maniobra.
Efectivamente, amable lector, te preguntarás: “Entonces, una vela homologada B, pongamos por caso, puede tener una sola B, en una maniobra. Y otra vela puede tener 15. Ambas son velas homologadas B, pero no se parecen en casi nada!”
Pues diste en el clavo. Y así llegamos al primer clímax del presente artículo: ESCOGE UNA VELA QUE SE ADAPTE A TU NIVEL DE PILOTAJE.
Si estás comenzando a volar, no dudes en escoger una vela A. Si ya terminaste el curso y tienes cierta habilidad puedes escoger entre velas que tengan dos o tres maniobras B. Ojo a esto, no vaya a ser que esas maniobras sean muy básicas. Recomendaría que no tengan B en plegadas sin acelerador ni en pilotaje básico. Lo ideal en este caso son velas que tengan solamente B en maniobras con acelerador, por lo que en caso de problemas, soltando el acelerador estarás volando una vela totalmente segura.
El conjunto de velas B en el mercado es el más numeroso, ya que responde a las necesidades de casi el 80% de los pilotos de parapente. Desde los que salen de la escuela y comienzan a volar asiduamente hasta los que hacen sus primeros pinitos en la compe y en XC. Por eso hablamos de velas B “bajas”, “medias” o “altas”, según la cantidad de maniobras B que tienen.
La categoría C está enfocada a pilotos veteranos que buscan rendimiento, por lo que no confíes en los que hablan de parapente C “bajo”. Una vela C siempre exige experiencia y rapidez de reacciones.
Las velas D, las dejamos para los competidores o pilotos XC que vuelan muchas horas en térmica al año, y tienen experiencia en cursos SIV (Seguridad en vuelo)
Vamos con la segunda parte del presente artículo. Y última, sufrido lector.
Los parapentes tienen un rango de pesos que delimitan su comportamiento homologado. Este peso se mide con todo el equipamiento incluido, no se refiere al peso solo del piloto. Cada modelo de parapente tiene varias tallas para escoger, que suelen cubrir todo el espectro de pesos de posibles pilotos.
Para calcular tu peso en vuelo, puedes coger todo tu equipo y pesarte. Lo más habitual es añadir 20 kilos a tu peso desnudo/a. Este podría ser un ejemplo:
- Peso del parapente (5´5 kgs.)
- Peso de la silla (5,5 kgs)
- Peso del paracas y su contenedor (2,5 kgs.)
- Casco, mochila, bolsa y cinta de compresión (2 kgs.)
- Emisora, vario, móvil, baterías, pilas y demás cachivaches (1 kg)
- Botas, guantes y ropa (2kgs.)
- Varios, como poden ser bolsa repollera, barritas energéticas o fruta, agua, etc. (2 kg)
Cuando sabes tu peso en vuelo, puedes escoger talla. Lo normal es estar en el medio del rango de pesos de tu vela. Si vuelas a menudo y/o con vientos alegres, mejor en la parte alta del rango (sin pasarse).
Puedes intercambiar experiencias con otros pilotos, para familiarizarte con las distintas características de los parapentes. Hay parapentes que responden especialmente bien o mal en los extremos de sus rangos. Consulta el test de los diferentes modelos en la web, y comprueba cómo se comportaron en la homologación.
Así que, haciendo un resumen a modo de colofón, diría que los pasos para escoger parapente son:
Ser autocrítico con el nivel que tenemos como pilotos, y escoger un nivel de vela acorde. Sin ego de por medio. A continuación, ver los que te gustan del mercado, hablando con compañeros pilotos, y probando los que puedas. Consultar sus resultados en los test de homologación. Y por último, escoger la talla que más te convenga.
Suerte, y a volar con relax. Que ya te digo yo que vuela mejor un piloto relajado con una vela A que un piloto preocupado con una vela B.
Felices vuelos!